martes, 17 de abril de 2012

El día que dejé de escribir

Tal vez la falta de compromiso con mis letras y el exceso de confianza de
unos cuantos lectores, me hicieron dejar este espacio descuidado. Hoy
vengo a recuperar un terreno que es mío y sí, es suyo…

En estos tiempos de derechos de autor, Ley Lleras y demás charlas
inverosímiles sobre lo que es mío y lo que no, me puse a pensar: -Oiga
Alejo, ¡usted es como pendejo!, dejó el blog sólo por que la gente le robaba
las publicaciones y hoy pelea porque eso no sea delito-

¡Joder! ¿Es un delito enamorarse de una canción?, ¿de un post?, ¿de un
vídeo o un poema?. ¿Es un delito?

Yo digo que la sed de compartir, de tener contenido, es amor; sed de
amor. ¿Quién en sus cinco sentidos se va a poner a bajar y/o descargar
un contenido que no ame, que no valore, que no quiera en su biblioteca?
¡¿Quién?!

Hay reales problemas en la visión de negocio de las grandes industrias y yo
no quiero ser parte de ello. Regreso aquí con todas las ganas de compartir
con ustedes lo que siempre he querido: amor, escultismo, tecnología,
poemas, películas, juegos, todo lo que me gusta.

Vuelvo con ánimo y con el recuerdo de ese día en el que dejé de escribir,
era tan estúpido como los que firmaron la traición a la patria.

Nos leemos por acá y según como van las cosas… Nos leeremos desde la
cárcel.

5 comentarios:

XimeAmaya dijo...

Bienvenido de regreso a las letras :)

María Angélica Teherán dijo...

¡Vaya que se te extrañaba! Creo que yo también terminaré en la cárcel.... Aunque claro, yo suelo avisar cuando pienso tomar prestado algo =/ jajaja....

Jimena dijo...

El regreso de Ale Ale jandro

Unknown dijo...

Bienvenido. Hace falta recuperar las buenas letras. Y usted es muy bueno en eso.

La mujer que bota fuego dijo...

Bienvenido. Me encanta tenerte nos sólo como amigo sino también como compañero de esta tarea de escribir y exponerse con palabras. Un abrazo!!