Indómito fue el café que por soñar un transeúnte con locura se tomo, pues veía que las personas corrían después se movían, ellas lloraban por pudor.
De donde venían traían de la tarde el color del silencio atardeció pero huían de la noche lamentaban soñar con el cristal de la tarde que atravesaban prosternados.
Y fue con un poco de pasión y algo de dolor que soñaban, pues estaban locos. Tenían un pasaje que los llevaría a la estrella, también traían en sus manos un poco de licor y el amor no saben donde se les quedo.
La riqueza la tenían en sus manos; un pedazo de la noche, un poco de cristal de la tarde, un color del que huían y la locura en silencio del amor.
Kashuery.
Javier Neira.
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