martes, 25 de septiembre de 2012

El viejo remedio, por: William Ospina

Esto que escribe este señor William reivindica mi pensamiento sobre la mediocridad del Estado colombiano al subsidiar la guerra pero la educación... Apoya mi pensamiento de que más vale un muerto (recordemos los falsos positivos) que sostener un sistema de salud publica decente. 

La guerra no es sólo contra los narcos y los guerrilleros. La guerra es contra la extrema-derecha "de ruana" que sostiene a mi amada Colombia. 

Pueden llenar nuestra bandera de más sangre y en veinte años la guerra será contra otra guerrilla. 

YO SÉ QUE QUIEREN QUE NOS ALEGREmos con la muerte de Pablo Escobar. Yo sé que quieren que nos alegremos con la muerte del Mono Jojoy. Yo sé que quieren que nos alegremos con la muerte de Marulanda. Y que nos alegremos con la muerte de Desquite, de Sangrenegra, de Efraín González.Yo no me alegro. No me alegra la muerte de nadie. Pienso que todos esos monstruos no fueron más que víctimas de una sociedad injusta hasta los tuétanos, una sociedad que fabrica monstruos a ritmo industrial, y lo digo públicamente, que la verdadera causante de todos estos monstruos es la vieja dirigencia colombiana, que ha sostenido por siglos un modelo de sociedad clasista, racista, excluyente, donde la ley “es para los de ruana”, y donde todavía hoy la cuna sigue decidiendo si alguien será sicario o presidente.Tanto talento empresarial de ese señor Escobar, convertido en uno de los hombres más ricos del mundo, y dedicado a gastar su fortuna en vengarse de todos, en hacerles imposible la vida a los demás, en desafiar al Estado, en matar policías como en cualquier película norteamericana, en hacer volar aviones en el aire: tanta abyección no se puede explicar con una mera teoría del mal: no en cualquier parte un malvado se convierte en semejante monstruo.Y tanto talento militar como el de ese señor Marulanda, que le dio guerra a este país durante décadas y se murió en su cama de muerte natural, o a lo sumo de desengaño, ante la imposibilidad de lograr algo con su inútil violencia, pero que se dio el lujo triste de mantener a un país en jaque medio siglo, y de obligar al Estado a gastarse en bombas y en esfuerzos lo que no se quiso gastar en darles a unos campesinos unos puentes que pedían y unas carreteras.Yo sé que quieren hacernos creer que esos monstruos son los únicos causantes del sufrimiento de esta nación durante medio siglo, pero yo me atrevo a decir que no es así. Esos monstruos son hijos de una manera de entender a Colombia, de una manera de administrarla, de una manera de gobernarla, y millones de colombianos lo saben.Por eso Colombia no encontró la paz con el exterminio de los bandoleros de los años cincuenta. Por eso no encontró la paz con la guerra incesante contra los guerrilleros de los años sesenta. Por eso no encontró la paz tras la desmovilización del M-19. Por eso no conseguimos la paz, como nos prometían, cuando Ledher fue capturado y extraditado, y cuando Rodríguez Gacha fue abatido en los platanales del Caribe y Pablo Escobar tiroteado en los tejados de Medellín, ni cuando murieron Santacruz y Urdinola y Fulano y Zutano y todo el cartel X y todo el cartel Y, y tampoco se hizo la paz cuando murió Carlos Castaño sobre los miles de huesos de sus víctimas, ni cuando extraditaron a Mancuso y a Don Berna y a Jorge 40, y a todos los otros.Porque esos monstruos son como frutos que brotan y caen del árbol muy bien abonado de la injusticia colombiana. Y por eso, aunque quieren hacernos creer que serán estas y otras mil muertes las que le traerán la felicidad a Colombia, los desórdenes nacidos de una dirigencia irresponsable y apátrida, yo me atrevo a pensar que no será una eterna lluvia de las balas matando colombianos degradados, sino un poco de justicia y un poco de generosidad , lo que podrá por fin traerle paz y esperanza a esa mitad de la población hundida en la pobreza, que es el surco de donde brotan todos los guerrilleros y todos los paramilitares y todos los delincuentes que en Colombia han sido, y todos los niños sicarios que se enfrentan con otros niños en los azarosos laberintos de las lomas de Medellín, y que vagan al acecho en los arrabales de Cali y de Pereira y de Bogotá.Claro que las Farc matan y secuestran, trafican y extorsionan, profanan y masacran día a día, y claro que el Estado tiene que combatirlas, y es normal que se den de baja a los asesinos y a los monstruos. Pero que no nos llamen al júbilo, que no nos pidan que nos alegremos sin fin por cada colombiano extraviado y pervertido que cae día tras día en la eterna cacería de los monstruos, ni que creamos que esa vieja y reiterada solución es para Colombia la solución verdadera. Porque si seguimos bajo este modelo mental, no alcanzarán los árboles que quedan para hacer los ataúdes de todos los delincuentes que todavía faltan por nacer.Más bien, qué dolor que esta dirigencia no haya creado las condiciones para que los colombianos no tengan que despeñarse en el delito y en el crimen para sobrevivir. Qué dolor que Colombia no sea capaz de asegurarle a cada colombiano un lugar en el orden de la civilización, en la escuela, en el trabajo, en la seguridad social, en la cultura, en la sana emulación de las ceremonias sociales, en el orgullo de una tradición y de una memoria. Yo, personalmente, estoy cansado de sentir que nuestro deber principal es el odio y nuestra fiesta el exterminio.Construyan una civilización. Denle a cada quien un mínimo de dignidad y de respeto. Hagan que cada colombiano se sienta orgulloso de ser quien es, y no esté cargado de frustración y de resentimiento. Y ya verán si Colombia es tan mala como quieren hacernos creer los que no ven en la violencia del Estado un recurso extremo y doloroso para salvar el orden social, sino el único instrumento, década tras década, y el único remedio posible para los viejos males de la nación.
Este texto lo pueden encontrar directamente en ESTE blog.  

viernes, 21 de septiembre de 2012

Tango


Callaste, triste, y yo te odié.
Ya era indulgencia tu tristeza.
Así que el cielo también cesa…
Sentí dolor, o no sé qué.
(Y en una mesa de café).

El que nos une, el que nos besa,
el ebrio amor ¿se va?

-                                                                              -  No sé

Y el separado amor se fue:
Tú a tu café, yo a mi cerveza.
(y en una mesa de café)

William Ospina.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Te espero...

Acunaba tu mirada en el frío de las luces y el aroma de un café.
Buscaba tus sonrisas para seducir tus besos y por fin, luego de tanta espera, tenerlos...

Ahora no sólo quiero tenerlos.
Ahora también quiero tenerte.
Olerte...
Verte...
Sentirte...
Mirarte...
... Que seas mía, que sea tuyo...

Ahora de nuevo te fuiste, con todo eso que me gusta sentir...


Ahora de nuevo, te espero... Siempre te espero... Con una media vela... 

lunes, 13 de agosto de 2012

Tener amigos y ser scout...


No sé si a todos nos ha pasado, pero además de nuestros amigos que conocimos en scouts, en nuestras vidas hay gente de otros grupos sociales. Los del colegio, la universidad, el barrio, el parche de amigos del primo, los amigos de la novia, los del ciclopaseo, la oficina… ¡Juemadre!, muchos amigos y uno tan ocupado en scouts… Y es que sin mentiras, si uno es scout, es un mago para sostener relaciones a punta de buenas intenciones y fugaces apariciones, los compromisos scout comprometen nuestras vidas…

De esto me di cuenta ayer cuando tenía en mis manos el cronograma de mi grupo, un cronograma hecho a satisfacción y con la seguridad de muchas actividades D.U.R.A.S... Sí, muchas actividades que demandarán mucho de mi tiempo, mis noches y de mis fines de semana… De ese tiempo que paso en scouts no me arrepiento, es más, lo necesito. Pero bueno, llegan los amigos y uno no puede verlos, aunque aún se generan conversaciones, encontrarse con los amigos es cada vez más complicado y con el tiempo, un par dejan de serlo porque uno jamás aparece…



Y este tema es sólo con los amigos, ahora bien cuando uno consigue una novia que no es scout (lo cual es un consejo personal) lo primero que uno hace cuando la conoce es contarle que uno es scout, luego de esto y ante una posible buena cara, uno empieza a sacar toda clase de mañas para relatar su apretada agenda, cosa jodida a veces la verdad. Y siguiendo por esta línea, la familia… Esa parte tan importante de todos que muchas veces nos toca dejar a un lado para poder ir a acampar. Los cumpleaños de los primos que uno se ha perdido por estar en fogatas… Hasta de un año nuevo me perdí yo en el 2009 por estar preparando un Jamboree.

Amigo mío, que no eres scout. Gracias por tu amistad sincera, gracias por respetar mi estilo de vida y compartir ciertas alegrías, aunque a veces yo sea el encargado del asado porque “es scout y sabe cómo es eso”, agradezco la paciencia y que me has tenido amigo mio. Sólo te pido dos cosas: 1- Recuerda que no vendo galletas. 2- Los únicos Boy scouts viven en USA en el resto del mundo somos scouts. Gracias.

Ahora, como todos queremos amigos, la invitación es convertirlos a todos en scouts, que todos invirtamos la misma cantidad de tiempo en el mismo estilo de vida…

 ¡Qué todos disfrutemos de un Jamboree!

jueves, 19 de abril de 2012

José Andrëa Uróboros

Luego de su separación de Mago de Oz, esa buena banda de folk metal español, el 24 de octubre de 2011, José Andrëa se dedicó a crear "José Andrëa y Uróboros".

No hay mucho que yo pueda decir en este momento de lo que espero de esta nueva propuesta de José, ya lo habíamos podido oír en solitario cuando sacó "Donde el corazón te lleve". 

José realmente es uno de mis cantantes favoritos y prefiero guardarme este deseo de sentir una explosión de sentimientos cuando saque por fin su disco llamado igual que su banda "José Andrëa Uróboros".

Aquí está la portada y las canciones con las que saldrá. Esperar es lo que queda. 


1. El Tren
2. Vanidad 
3. Al otoño espero 
4. No cuentes con ellos
5. Siempre vuelve a amanecer
6. Lo más preciado del mundo
7. Frio
8. Flores en tu colchón
9. A Cubazos
10. Ni afinado ni medido
11. Aún me puedo peinar
12. La canción de los deseos
13. A quien conmigo va

martes, 17 de abril de 2012

El día que dejé de escribir

Tal vez la falta de compromiso con mis letras y el exceso de confianza de
unos cuantos lectores, me hicieron dejar este espacio descuidado. Hoy
vengo a recuperar un terreno que es mío y sí, es suyo…

En estos tiempos de derechos de autor, Ley Lleras y demás charlas
inverosímiles sobre lo que es mío y lo que no, me puse a pensar: -Oiga
Alejo, ¡usted es como pendejo!, dejó el blog sólo por que la gente le robaba
las publicaciones y hoy pelea porque eso no sea delito-

¡Joder! ¿Es un delito enamorarse de una canción?, ¿de un post?, ¿de un
vídeo o un poema?. ¿Es un delito?

Yo digo que la sed de compartir, de tener contenido, es amor; sed de
amor. ¿Quién en sus cinco sentidos se va a poner a bajar y/o descargar
un contenido que no ame, que no valore, que no quiera en su biblioteca?
¡¿Quién?!

Hay reales problemas en la visión de negocio de las grandes industrias y yo
no quiero ser parte de ello. Regreso aquí con todas las ganas de compartir
con ustedes lo que siempre he querido: amor, escultismo, tecnología,
poemas, películas, juegos, todo lo que me gusta.

Vuelvo con ánimo y con el recuerdo de ese día en el que dejé de escribir,
era tan estúpido como los que firmaron la traición a la patria.

Nos leemos por acá y según como van las cosas… Nos leeremos desde la
cárcel.

jueves, 28 de abril de 2011

El principito.

Después de una pequeña conversación con un buen amigo me acordé de este cápitulo del Principito que habla de la domesticación. La morale está al final, es el entendimiento al que llego el Principito... "Yo soy resonsable de mi rosa...".


XXI
Entonces apareció el zorro:
—¡Buenos días! —dijo el zorro.
—¡Buenos días! —respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vio nada.
—Estoy aquí, bajo el manzano —dijo la voz.
— ¿Quién eres tú? —Preguntó el principito—. ¡Qué bonito eres!
—Soy un zorro —dijo el zorro.
—Ven a jugar conmigo —le propuso el principito—, ¡estoy tan triste!
—No puedo jugar contigo —dijo el zorro—, no estoy domesticado.
—¡Ah, perdón! —dijo el principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
—¿Qué significa "domesticar"?
—Tú no eres de aquí —dijo el zorro— ¿qué buscas?
—Busco a los hombres —le respondió el principito—. ¿Qué significa "domesticar"?
—Los hombres —dijo el zorro— tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
—No —dijo el principito—. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? —volvió a preguntar el principito.
—Es una cosa ya olvidada —dijo el zorro—, significa "crear vínculos... "
—¿Crear vínculos?
—Efectivamente, verás —dijo el zorro—. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
—Comienzo a comprender —dijo el principito—. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
—Es posible —concedió el zorro—, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
—¡Oh, no es en la Tierra! —exclamó el principito.
El zorro pareció intrigado:
—¿En otro planeta?
—Sí.
—¿Hay cazadores en ese planeta?
—No.
—¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
—No.
—Nada es perfecto —suspiró el zorro.
Y después volviendo a su idea:
—Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.
El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
—Por favor... domestícame —le dijo.
—Bien quisiera —le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
—Sólo se conocen bien las cosas que se domestican —dijo el zorro—. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
—¿Qué debo hacer? —preguntó el principito.
—Debes tener mucha paciencia —respondió el zorro—. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
El principito volvió al día siguiente.
—Hubiera sido mejor —dijo el zorro— que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
—¿Qué es un rito? —inquirió el principito.
—Es también algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:
—¡Ah! —dijo el zorro—, lloraré.
—Tuya es la culpa —le dijo el principito—, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...
—Ciertamente —dijo el zorro.
—¡Y vas a llorar!, —dijo él principito.
—¡Seguro!
—No ganas nada.
—Gano —dijo el zorro— he ganado a causa del color del trigo.
Y luego añadió:
—Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
—No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
—Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
—Adiós —le dijo.
—Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
—Lo esencial es invisible para los ojos —repitió el principito para acordarse.
—Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
—Es el tiempo que yo he perdido con ella... —repitió el principito para recordarlo.
—Los hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
—Yo soy responsable de mi rosa... —repitió el principito a fin de recordarlo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Tus miradas.

Dicen tanto tus palabras y miradas… cuando me miran, cuando me callán…

No espero mil palabras, ni mil versos, ni mil miradas, solo espero tus besos con un te quiero

Sincero… un te quiero que nunca que nunca mienta, que siempre ame.

Leo tus miradas que son de todos, pero son mías, me las robó…

martes, 19 de octubre de 2010

Viejas epocas - Los años en que no fuimos felices.

Hace mucho tiempo no escribo y esta es una buena razón para hacerlo. Logré tener nuevamente un vídeo desarrollado por un amigo de infancia en el que da a notar la desgracia que es vivir con los padres. Larga vida a la vivir libre!...

Los años en los que no fuimos felices es un trabajo universitario de Alejandro Ardila (Alías frenchonauta) y fue mi primera y única aproximación a una cámara.


miércoles, 6 de octubre de 2010

El cielo está negro.

Hace mucho que no escribo en mi blog... creo que retomaré el hábito... Este poema lo escribí gracias a una frase que me dijeron... Como por inventarme algo, espero volver por acá pronto.

El cielo está negro y mi piel te aclama...
las gotas me llaman y el viento sopla...
todo tiembla...
yo pienso en ella...
todo lo seco se empaña...
se moja...
se pudre...
mi amor por ella..
intacto, seco, limpio, brillante...
el cielo está negro y sólo quiero su abrazo...
La amo... sin importarme que el cielo esté negro.

martes, 15 de junio de 2010

Cancioncilla

Quise una vez y para siempre

-yo la quería desde antaño-
a ésa mujer, en cuyos ojos
bebí mi júbilo y mi daño...

Quise una vez -nunca así quise
ni así querré, como así quiero-
a ésa mujer, en cuyo espíritu
fundí mi espíritu altanero.

Quise una vez y desde nunca
-ya la querré y hasta que muera-
a ésa mujer, en cuya boca
gusté -otoñal- la Primavera.

Quise una vez -nadie así quiso
ni así querrá, que es arduo empeño-
a ésa mujer, en cuyo cálido
regazo en flor ancló mi ensueño.

Quise una vez -jamás la olvide
vivo ni muerto- a ésa mujer,
en cuyo ser de maravilla
remorí para renacer...

Y ésa mujer se llama... Nadie,
nadie lo sepa -Ella sí y yo-.
Cuando yo muera, digas -sólo-
quién amará como él amó?

León de Greiff.

lunes, 14 de junio de 2010

Condena:

A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te di la llave.
No quiero yo tormento que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.

Ni concibe mi mente mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.
No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.

Que ningún juez declare mi inocencia,
porque, en este proceso a largo plazo
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo.

Antonio Gala.